En varias ocasiones hemos escrito sobre la necesidad de que los gerentes de empresas, independientemente del tamaño de éstas, tenga una formación específica en el oficio de gestionar. Contrariamente a lo que se piensa, cuánto más pequeña es la empresa, más necesarias son las habilidades como gestor, ya que el tiempo del que disponen para ejercer esta actividad es mucho menor.
Además en los comienzos de una empresa es cuando podemos implantar, de una manera más efectiva, buenos hábitos y sistemas, que reduzcan las crisis que provocarán los cambios que lleguen con el crecimiento.
Las empresas de mayor tamaño suelen encontrar dificultades con los mandos intermedios, aunque a veces, si la selección de estos mandos es la correcta, puede pasar lo contrario, que los mandos intermedios mejoren la dirección de la empresa.
Los mandos intermedios son los gerentes de sus respectivas áreas y, por tanto, les aplican gran parte de los conocimientos que deben tener los gerentes de las empresas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, por un concepto de la delegación mal entendido, les dejamos solos, esperando que ellos los descubran por sí mismos, a base de tropiezos, frustraciones y desgastes de todo tipo.
Antes de pedirle a un empleado que abandone, aunque sea parcialmente, la carrera técnica para que salte a la carrera de gestión, deberíamos formarle en los conocimientos y en las habilidades que le permitan tener éxito en su nueva función.
Desgraciadamente, no lo hacemos en parte por motivos económicos y en parte por motivos de tiempo. Pero conociendo los costes derivados de la baja productividad de un equipo mal motivado, de los errores que surgen de proyectos mal planificados, de clientes insatisfechos, e incluso de la propia calidad de vida de las personas de la empresa, la falta de formación de los mandos intermedios es un lujo que no podemos permitirnos.
¿Cuántas empresas mueren, agonizan, o se ponen en venta, por tener unos encargados, jefes de equipo, supervisores, responsables de venta… desmotivados y poco formados?
Necesitamos mandos intermedios que vivan y transmitan la cultura y la estrategia de la empresa, que mantengan y cuiden de los recursos materiales e inmateriales que nos hacen mejores que nuestra competencia, que desarrollen permanentemente las capacidades necesarias para entregar un producto o servicio superior.
Especialmente necesario en nuestros días es que los mandos intermedios desarrollen su inteligencia emocional, sean más creativos, tengan un pensamiento crítico, capacidad para resolver problemas a veces complejos, sepan adaptar nuevas tecnologías y colaborar con otras personas para implementarlas.
Además del programa de dirección de empresas de instalación y mantenimiento, desde Docensas, hemos creado uno para supervisores y otro para responsables comerciales. Nuestro objetivo es favorecer procesos de aprendizaje que generen las habilidades y, en última instancia, hagan a los mandos intermedios más competentes.
Estos son los últimos días para inscribirse en alguno de estos tres programas. ¡Contamos contigo!
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