La pasada semana un grupo de PYMES ascensoristas, preocupadas por la situación de deterioro del sector, volvían a reunirse esta vez en Madrid, de nuevo bajo el paraguas de FEPYMA para estudiar juntos fórmulas que permitan recuperar los niveles de seguridad y servicio en el mantenimiento de ascensores.
Son varias las medidas que se comentaron, siempre atendiendo a las necesidades del mercado español que tiene medio millón ascensores con más de veinte años de antigüedad. Este “hecho diferencial”, con respecto a otros mercados europeos, debería ser motivo suficiente para que se planteen medidas específicas que maticen normas europeas que priorizan otros aspectos, como la liberalización de los mercados.
FEPYMA lleva insistiendo, durante años, en la aplicación de una “lista de comprobaciones mínimas” a seguir en cada visita de mantenimiento preventivo, y que en este blog propusimos elevarla al nivel de guía europea. Esta medida obligaría a un tiempo mínimo por cada ascensor y evitaría situaciones en las que el tiempo dedicado al mantenimiento preventivo cada vez es más reducido. Hay comunidades autónomas españolas como Asturias que, independientemente de las instrucciones que establezca el fabricante, han regulado de manera más detallada que la norma EN 13015 el alcance de las revisiones de mantenimiento. Siguiendo el principio de unidad de mercado, estaría bien trasladar la norma asturiana al resto de regiones.
Otra medida es volver a establecer un número máximo de ascensores por mantenimiento. El límite de 75 ascensores por técnico se abandonó para aplicar los principios liberalizadores de la Directiva de Servicios. Recuperar esta medida es un asunto polémico y complejo, ya que son muchos los factores operativos, comerciales, tecnológicos… que influirían en la fijación del número máximo.
Una medida de este tipo podría desincentivar la saludable competencia entre empresas para mejorar la eficiencia y eficacia de la actividad de mantenimiento, si no se hace correctamente. Por ello, el objetivo debe ser crear un marco que impida abusos por parte de empresas que se declaran así mismas responsables, pero que priorizan aspectos distintos a la seguridad. Este marco debe ser actualizado periódicamente por el estado de la técnica en función de cambios tecnológicos, tan esperados como los que vendrán del mantenimiento predictivo que ya hoy empiezan a funcionar. Pensamos que de momento no debemos considerar estas innovaciones por su muy escasa presencia en el parque actual.
El cálculo del número máximo de ascensores por técnico debería basarse en los siguientes supuestos:
- Dedicación exclusiva de los técnicos al mantenimiento preventivo. Las empresas cuyos técnicos atiendan mantenimiento preventivo y averías estarían en desventaja, pero esto es algo que ya está pasando en la práctica.
- Tiempos reducidos de traslado de un ascensor a otro, para no penalizar a las empresas que concentran los ascensores en una zona determinada. Para aquellas empresas que no tengan implantadas técnicas de marketing avanzadas, les obligará a incluir el criterio geográfico como un criterio de segmentación más. La concentración tiene beneficios indudables desde el punto de vista de costes y también como de generador de valor para el cliente por ejemplo a través de la reducción de tiempos de rescate.
- Diferenciar los tiempos de mantenimiento preventivo en función de la edad del ascensor. A mayor antigüedad del ascensor, mayor tendrá que ser el tiempo de revisión. Menor de 10 años, entre 10 a 20 años y, más de 20 años, pueden ser los tres rangos que determinarían los tiempos de mantenimiento. Incluir esta variable favorecería indirectamente la modernización de los ascensores.
- Diferenciar los tiempos de mantenimiento preventivo en función del tráfico del ascensor, del que ya existen normas que establecen el nivel de uso por ejemplo la norma ISO 25745-2 para el cálculo energético y clasificación de ascensores.
Este tipo de medidas, junto a otras que comentaremos en otras entradas, son complejas, pero son perfectamente definibles por los responsables públicos con la asistencia y colaboración de representantes del sector. Se trata de asegurar la seguridad de los usuarios y de los trabajadores de ascensores que está claramente por encima de consideraciones económicas o tecnológicas.
Los debates que organizó FEPYMA el miércoles de la semana pasada en Madrid fueron un ejemplo de cómo la participación de todos los que están interesados en una mayor seguridad y calidad de servicios produce buenos resultados. Deberíamos ser capaces de hacer partícipes también a otros colectivos, aunque sólo sea para que las medidas sean bien implementadas por parte de todos.
(Read in English)
Excelente artículo.
Las empresas que ponen pegatinas y poco mas en cada servicio de mantenimiento han hecho mucho daño al sector en cuanto a precio, imagen, seguridad del ascensor…
Debería ser obligatorio un tiempo mínimo por aparato y así frenar de cada vez llevar mas aparatos para querer cada vez tener o intentar tener mayor rentabilidad. Entre todos seguro que reconducimos esta situación en donde el mayor perjudicado es el cliente.
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