Los recursos, junto a las capacidades, la cultura y la estrategia son las cuatro patas de la silla sobre las que se asienta nuestra ventaja competitiva. Cada uno de estos pilares merece la atención de la gerencia de nuestras empresas, sean multinacionales, pymes o micropymes.
Tendemos a utilizar solo los recursos propios sin aprovechar al máximo los recursos que nos ofrecen otros profesionales y empresas.
Las alianzas y los acuerdos de colaboración son una buena herramienta para hacer brillar nuestra organización, por ejemplo con las consultorías de empresas. La consultorías disponen de conocimientos que nos pueden faltar, aportan un punto de vista imparcial y son un buen aliado frente a procesos de cambio internos.
Ahora bien, la contratación de una consultoría debe realizarse teniendo en cuenta una serie de requisitos. El primero y quizás el más importante es que debe encajar con las cuatro patas de la silla:
- Con los recursos, porque el coste de la consultoría debe estar en consonancia con la rentabilidad que aportará dicha colaboración y con las posibilidades financieras.
- Con las capacidades, porque se dan situaciones en las que personas de dentro de la empresa tienen ya esas capacidades tan solo a la espera de que sean reconocidas.
- Con la cultura, porque la colaboración debe integrarse en la forma en la que se hacen las cosas, a no ser que el motivo de la colaboración sea cambiar la propia cultura de la empresa.
- Con la estrategia, porque sin estrategia, a menos que el motivo de la colaboración sea ayudar a elaborar una, difícilmente hay objetivos y sin objetivos las actuaciones que iniciemos tienen el riesgo de ser parciales o pasajeras.
Son muchas las empresas que inician proyectos de consultoría sobre temas tácticos sin tener clara la estrategia y careciendo además de conocimientos de gestión. Como ya hemos comentado en otro artículo, no se debería poder gestionar una empresa sin hacer un programa de dirección de empresas, al igual que no se debería conducir un vehículo sin pasar antes por una autoescuela.
Además le pedimos a la consultora dos requisitos:
- Tener un conocimiento general de todas las áreas de la empresa. Es particularmente llamativo que haya consultores en implantación de sistemas de calidad que no han tenido jamás experiencia de dirección o ni siquiera han cursado un programa de dirección de empresas.
- Tener un conocimiento específico del sector en el que la empresa trabaja. Al no existir soluciones magistrales ni varitas mágicas, no hay proyectos de consultoría totalmente intercambiables de sector a sector. A mayor conocimiento del sector, más posibilidades de aportar soluciones que refuercen la competitividad de la empresa.
Para seguir avanzando, aprovechemos al máximo y con cierta precaución los recursos y capacidades que nos aporta el mercado.
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