Junto a la mega-tendencia de la automatización de los procesos, la inteligencia artificial en sus diversas formas y la amenaza de la eliminación de puestos de trabajo, parece que surge una tendencia a recuperar de los valores de lo artesanal, lo manual, el gusto por hacer las cosas bien hechas, la tarea en sí misma. Esta tendencia, que no es necesariamente contraria a la primera, es una especie de reivindicación de la relación entre el humano y la materia. Una reacción, por un lado, a la imparable tendencia de lo virtual y, por otro, a la obsesión por la eficiencia.
El artesano, primera obra filosófica de la interesante trilogía de Richard Sennett, o La mano que piensa. Sabiduría existencial y corporal en la arquitectura de Juhani Pallasmaa, son dos buenas referencias de esta tendencia. El artesano, como indica el propio Sennett, no tiene por qué ser un alfarero, sino también un médico o un programador de Linux, y añado yo también un operario de instalación y mantenimiento.
En paralelo a esta vuelta a la artesanía, y probablemente por motivaciones similares, la figura del aprendiz se está recuperando por parte de los sistemas educativos de los países más avanzados. El origen del aprendiz se remonta a la edad media. Las excesivas restricciones por parte de los gremios lo hicieron desaparecer en los comienzos de la primera revolución industrial, pero ahora renace con fuerza y es previsible que pase a formar parte natural de nuestras economías.
Alemania es el país en el que más presencia tienen los aprendices gracias a la formación profesional dual. De hecho, el 70 % de los estudiantes de formación profesional trabajan bajo este sistema. En Francia y Austria, un 40 % de la Formación Profesional ya es dual. En países como España, sin embargo, y siempre según datos de la Fundación Bertelsmann, solo un 5 % de los estudiantes ejercen como aprendices durante su período de formación. Estos porcentajes son inversamente proporcionales a la tasa de paro juvenil, el 6,1 % en Alemania y el 35 % en España.
Pero, ¿qué es la formación profesional dual? Es una modalidad educativa que permite a empresas y centros de formación trabajar juntas y acordar un proyecto dual único y específico en el que el alumno aprende de forma práctica. Los proyectos duales alternan períodos de formación en la empresa o en el centro de formación en el porcentaje que elijan libremente ambas partes y el temario también se puede adaptar a cada sector en concreto.
Mediante los aprendices que, gracias a la formación profesional dual, conviven en nuestras empresas con los trabajadores, es posible crear una cantera, como pasa con los clubes deportivos, que favorecerá el futuro éxito de la empresa. Los beneficios de este sistema de formación son muchos. Incluso la “desventaja” que puede suponer la distracción de los empleados en tareas no directamente productivas, como la formación del aprendiza, si es encauzada adecuadamente, puede ser una motivación extra para ellos. Soy de los que piensa que, cuando se nos da la oportunidad y se nos forma adecuadamente como formadores, la mayoría de las personas encontramos satisfacción compartiendo conocimientos y enseñando lo que sabemos.
El desarrollo de la FP dual está siendo exponencial, y animamos a las empresas, independientemente de su tamaño, a que inicien proyectos duales con centros formativos cercanos. Gracias a los programas de movilidad europeos, los aprendices pueden incluso formarse en centros de otros países de Europa, algo similar al movimiento de aprendizaje itinerante que se dieron en los gremios medievales.
En tiempos de tantas innovaciones disruptivas, abracemos también lo que a través de los siglos funcionó, en este caso, la vuelta de los aprendices.
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Totalmente de acuerdo con el contenido. Tenemos que repercutir en la sociedad lo que ella nos da, es decir, paga por nuestros servicios, exige calidad en el servicio prestado y las empresas generan formación y trabajo de calidad.
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Hola Moisés, buena forma de ver este tema, propia de un líder empresarial con mente abierta. No solo la formación profesional dual de calidad ayuda a la empresa, sino que que contribuye a mejorar la realidad social que rodea a la empresa.
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