En comentarios a nuestro artículo sobre accidentes en ascensores, se hace referencia a los departamentos de industria, a los organismos de control, y también a los administradores de fincas y a los propietarios de las instalaciones, como eslabones de la cadena de la seguridad industrial que comparten responsabilidades.
Hemos intentado hacer un gráfico que recoja las organizaciones o personas que intervienen en el proceso de la seguridad industrial en los países de la UE. Seguridad industrial entendida como la seguridad de los usuarios de equipamiento electromecánicos (ascensores, calderas, instalaciones de protección de incendios, instalaciones eléctricas en general…).
El gráfico posee varios niveles que están entrelazados sí.
En la base del gráfico están las administraciones públicas, ya que la seguridad industrial es una materia de interés público. En este sentido, la seguridad industrial no puede ser tratada como una actividad económica normal, y por tanto la supervisión y control no pueden verse determinadas por las fuerzas del mercado.
Esta función se desarrolla principalmente a través de varias actividades (normalización, acreditación, evaluación de la conformidad y control).
Por razones relacionadas con la limitación de recursos, la especialización, la agilidad y la flexibilidad, la administración pública nacional delega la actividad de normalización y acreditación en un organismo privado por cada una de ellas, que constituyen el segundo nivel de nuestro gráfico.
Las entidades de acreditación otorgan acreditaciones a los organismos notificados y organismos de control que componen el tercer nivel. A los organismos notificados les contratan los fabricantes o instaladores para evaluar la conformidad del producto y a los organismos de control les contrata el propietario del equipamiento para que controle si durante la vida del equipamiento se cumplen los requisitos de seguridad.
Estos tres niveles constituyen un solo conjunto sobre el que se desarrolla la actividad de producción, comercialización y uso de los equipos, y que tiene como único objetivo garantizar la seguridad última del usuario. Digamos que constituyen la infraestructura de la seguridad industrial.
Como ya hemos escrito en varias entradas de este blog, en las últimas décadas hemos vivido unos movimientos de liberalización que desgraciadamente han dañado también la infraestructura de seguridad que pacientemente se había venido construyendo durante los más de dos siglos de progreso industrial.
En Europa, ese movimiento de liberalización en los servicios quedó plasmada en la Directiva de Servicios, que básicamente quería eliminar las barreras técnicas entre países europeos para fomentar la libre circulación de mercancías. El problema es que de diferente manera tocó el modelo de intervención pública de cada país europeo. Tanto los legisladores nacionales como los tribunales de justicia, aplicando la primacía del derecho comunitario, modificaron la infraestructura existente, y ya se sabe, cuando se modifica algo a veces se corre el riesgo de estropearlo.
Ahora es necesario reparar urgentemente los daños que se hayan producido en las últimas dos décadas mediante la revisión y la propuesta de medidas destinadas a fortalecer la infraestructura de seguridad industrial y a evitar que intereses externos puedan modificarla en el futuro.
Por ejemplo, en relación con los organismos de control, el número de empresas ha aumentado considerablemente, y con ello la bajada de precios, pero ¿qué ha ocurrido con la calidad de sus actuaciones? [1].
Son muchas las preguntas que surgen en torno al actual modelo de organismos de control. Por ejemplo, ¿es suficiente para actuar como organismo de control una declaración responsable o es deseable una autorización administrativa previa?, ¿disponen los organismos de control de los dispositivos necesarios para detectar defectos ocultos, como equipos de inspección de ultrasonidos?, ¿de qué manera se comprueban los conocimientos específicos de los empleados de los organismos de control?
A todos nos interesan unos organismos de control, cualificados, imparciales, íntegros e independientes. Continuamos con el proceso de reflexión y debate sobre la seguridad y agradecemos de antemano todas vuestras opiniones.
[1] Sobre la problemática actual que rodea a los organismos de control, recomendamos la lectura del libro de Pedro Méntrida, Presidente de la FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ASOCIACIONES DE ORGANISMOS DE CONTROL.
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