Cierre 2016: deconstruyendo el Balance de Situación

balance-wp-580x300-es

Salvo en países como UK que cierran el ejercicio fiscal el 31 de marzo, una de las tareas que ya empiezan a tener en mente los departamentos financieros y la asesorías en esta época del año es cerrar el ejercicio anual. Y uno de los documentos que deberán generar es el Balance de Situación del 2016.

Este es un documento importante que genera una foto de la situación patrimonial de una empresa.

Sin embargo, detrás de los conceptos contables y de los números, se ocultan aspectos emocionales sobre los que me gustaría llamar la atención. Para descubrirlos, utilizaremos un proceso similar al de la deconstrucción, término de origen filosófico que ha sido puesto de moda por la cocina moderna, una técnica por la que el comensal reconoce el plato, no por los ojos, sino por el gusto.

Así vamos a deshacer los elementos que constituyen la estructura conceptual, y saborear la esencia de un Balance de Situación.

Algunos de los ingredientes del Balance que le aportan armonía y sabor son la confianza y el esmero.

La confianza subyace en el documento y también es el efecto que buscamos con él. La confianza de los accionistas, que acompañan la evolución de la empresa, está detrás del capital social y de las reservas, así como la confianza diferencial de los clientes hacia nuestra empresa se debe reflejar en los resultados. Ambos forman parte del Patrimonio Neto.

El respeto escrupuloso y diario de las obligaciones con los proveedores financieros y no financieros a lo largo de tiempo es clave para forjar la confianza. Y esta confianza la vemos reflejada en el Pasivo.

Después tenemos el otro gran ingrediente, el esmero para cuidar de nuestros Activos, tanto los que figuran en el Balance de Situación, como los que, por las normas contables, quedan fuera, como el valor de la marca, el know how técnico, los contactos comerciales, las relaciones con los colaboradores,…

Como directivos, día tras día, debemos generar confianza en los accionistas, en los proveedores, en los clientes y en los empleados, que son los que cuidan de los activos de la empresa y desarrollan nuestras inversiones.

Decía uno de los mayores sabios de las finanzas, Warren Buffet, que “se requieren 20 años para construir una reputación y tan solo cinco minutos para arruinarla. Si pensamos sobre esto, haremos las cosas de manera diferente”.

La confianza es lo que une a los distintos elementos del negocio y su cuidado diario, con hechos y no solo con palabras, debe ser uno de los empeños principales del gerente.

Disfruten de sus balances, saboreen la confianza y el esmero que exista en sus empresas y extraigan sus propias lecciones. Enriquecerán así su bagaje de conocimientos.

(Read in English)