El «revolucionario» camino hacia la Excelencia

La pasada semana nos oponíamos a la obligatoriedad de certificar por la ISO9001 a las empresas de mantenimiento de ascensores para evitarles soportar la carga de una certificación a la que no siempre le acompaña la calidad real. En ningún momento, dejamos de recomendar trabajar por la mejora continua y el desarrollo de las organizaciones. Muy al contrario, pensamos que la búsqueda de la Excelencia es la tabla de salvación para aquellas empresas y organizaciones que quieran sobrevivir en el mundo del mañana.

Aplicada al terreno de la gestión empresarial, entendemos la excelencia como la consecución plena de la misión de la empresa, dentro del respeto a su entorno. Dicho con otras palabras, la excelencia existe cuando la empresa cumple plenamente con su cometido económico y también social.

Estandarizar conceptos como la calidad y certificar en base a evidencias, necesariamente parciales, de un sistema de calidad, que será certificado por una empresa que depende económicamente del que la contrata, son recetas para el fracaso. Y los fracasos, cuando se institucionalizan, suelen generar frustración, desengaño y desconfianza.

Sería deseable que las empresas inicien su propio camino hacia la excelencia en el que:

  • los directivos asumen la responsabilidad de dirigir en un entorno lleno de amenazas, pero también de oportunidades.
  • las personas no son solo un medio, sino la razón de ser de cualquier organización.
  • el resto de empresas, incluso las competidoras, pueden colaborar entre sí y crear sinergias que hagan posible lo que parecía imposible.
  • los procesos se diseñan para hacer la vida más fácil a los que los ejecutan e interactúan con ellos.
  • los productos y servicios no son fines en sí mismo, sino que están diseñados para generar utilidades y/o crear emociones para los que los disfrutan y de alguna forma pagan por ellos.

Las instituciones públicas deberían ayudar y fomentar un retorno a la mentalidad del buen hacer, del oficio que de manera natural han practicado y practican muchas empresas. Deben evitar distraer la atención con requerimientos que ni mucho menos aseguran el objetivo de una mayor seguridad o calidad.

Y si quieren elevar el nivel de la industria que lo hagan apoyando modelos de excelencia en la gestión, como el modelo EFQM, y no sistemas de aseguramiento de la calidad que lo único que aseguran es la propia “certificación” de la calidad.

Desde las entidades de formación, como Docensas, donde impartimos programas de dirección de empresas, debemos, entre otras cosas, mostrar a los alumnos los distintos modelos de gestión existentes y animarles a que encuentren y desarrollen el suyo propio.

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4 comentarios en “El «revolucionario» camino hacia la Excelencia

  1. Magnífico artículo, que comparto al 100 %
    La calidad cada vez es más marketing y ‘postureo’ que una realidad. En mi opinión, la mejora continua se ha de interiorizar de tal modo, que pase a ser casi un modo de vida, en todos los aspectos.
    Con tú permiso, firmo debajo.

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    • Estimado José Luis, que el comentario lo firme una persona como tú, que lleva tantos años dedicado a trabajar con temas de calidad en empresas, le da una legitimidad añadida al artículo.
      Y continuemos, como ya se hace en otros sectores, con esta pequeña “revolución” hacia la excelencia.
      Un abrazo.

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  2. Así es, la excelencia o la calidad. Mas que un papel o un medio de hacer marketing o «postureo» como dice el Sr. José Luis Colilla y que pocas veces queda en eso en un papel que a la gente que forma parte de la organización ni le va ni le viene debe ser inculcada en cada persona que forme parte de la empresa como la única manera de hacer las cosas, y la mejor muestra no es un papel que lo avale sino ver que las metas se cumplen, que los clientes y trabajadores se sienten igualmente satisfechos con el servicio prestado unos y con el trabajo realizado los otros.

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